¡A pastar ...!

Por fin florecieron los cerezos y movió el pasto lo suficiente para sacar los bueyes a ganarse el sustento, ya estuvo bien de tomar la sopa boba del invierno

¿Otra vez en vísperas del diluvio ...?

 La entrada de la primavera puede variar de un año a otro, por ejemplo este año las floraciones vienen 15 días atrasadas. Pero abril suele hacer bueno el refrán "aguas mil" y ya se están anunciando las lluvias para esta Semana Santa. De cualquier manera, las diferencias entre años siguen siendo mínimas y pocos se darán cuenta de que en las siguientes imágenes unas son de este año y otras de hace exactamente un año.

Que mañana haga frío o llueva, como anuncian, no va a impedir que este fin de semana hayamos podido disfrutar de esta estampa primaveral en Fuentes (Villaviciosa). ¿O sería el año pasado?

Así de verdes y vigorosos se muestran los carbayos en Villaviciosa a la entrada de la primavera. Aunque quizás fuese el año pasado...

Y así de floridos los cerezos silvestres. Los cultivados, quizás en Jerte sí, aquí van detrás de los ciruelos que ya empiezan a florecer.  

 

Muy cerca, junto a la Iglesia de San Salvador de Fuentes, la familia caprina reflexiona sobre el tajo asignado. Les encantan las espigas

El abuelito, rodeado de margaritas y dientes de león, posa orgulloso antes de que un golpe de viento le desnude ... 

En la Ría, la atalaya del águila pescadora está también desnuda, con la sola presencia del señuelo, mientras la primavera florece en la ribera ...

Mientras, las nuevas crías de vacuno esperan en los establos la orden de salida al pasto para sus madres. Pronto tendrán que aprender a complementrar el tetu con la hierba ...

Hace un año, tal día como hoy tomaba esta semeya en Misiegu y se anunciaba una bajada de temperatura inmediata de 10 grados y que empezaría a llover. Muy parecido a lo que anuncian hoy para esta semana, a partir de mañana.

 

Ya lo pudimos entrever ayer, desde el mirador de San Roque, donde estas tímidas florecillas contemplaban una villa de Llastres difuminada por la niebla, preludio del cambio de tiempo que mojará la Semana Santa.