viernes, 2 de diciembre de 2011

Entrando en diciembre

El otoño entra en su última etapa, por lo que antes de que se produzca el anunciado cambio de tiempo he querido reflejar, desde el mar (Luces) hasta el monte (Toroyes, Priesca), una muestra de imágenes que dan fe de la biodiversidad que tenemos en la zona de Villaviciosa

 
En Toroyes, pites caleyeando. Abstenerse de tentaciones, el guardián vigila

En Luces son los caballos quienes guardan la puerta al mar 




Bosque de Toroyes, los colores del otoño


En el bosque, un veterano roble, desnudo. Al lado, otro más joven pleno de vitalidad







Setas para todos los gustos, aunque éstas no para el mío. Las veo, pero ni las toco ni las como ... por si las moscas. Sólo me atrevo con los champiñones, y con certificado de identidad




Lástima de quintana abandonada. Casa, hórreo y pumarada. En las inmediaciones del bosque y con vistas al mar. Toroyes.



En Luces, semeya con hórreo y tuques
de maizón. Aquí se percibe más actividad agrícola que en las zonas más desfavorecidas.

En donde hay matorral, las Asturianas de la Montaña, auténticas herramientas desbrozadoras. No se comen el felechu, pero lo machacan para que no rebrote.



 

Y  para finalizar esta entrada, un par de semeyes de gochos astur-celtas a dieta de nabos. Muy apropiada para los que procedemos de la aldea, diciembre es mes de Sanmartín

domingo, 27 de noviembre de 2011

Otra vez de pedreru

Es lo que tiene estar tan cerca del mar: apetecen las excursiones para disfrutar de la brisa marina, de las vistas de la Ría, del batir de las olas en sus pedreros y de la degustación de sus frutos, de los que les llámpares son los más asequibles pues es fácil recolectar un par de kilos. Ideal para compartir con los amigos, y mejor si van acompañadas de una paella y unas sidras. Esta es la reseña gráfica, creo que sobran más comentarios.