Cualquier rincón de Asturias era apropiado para disfrutar de un dia de Asturias que amaneció tan veraniego. Nuestra elección mañanera fue Rodiles, antes de que llegase la marabunta, Oviedo para el yantar y la Villa para cerrar la jornada. Un día bien aprovechado, con estas imágenes de recuerdo.
Madrugar tiene su premio: todo el arenal para uno. Vista desde el extremo este de la playa.
A primera hora las gaviotas eran las reinas de la playa
Pero pronto fue llegando el personal y a media mañana, aún con bandera roja, los bañistas y paseantes fueron invadiendo el arenal. Pero nada comparado con las aglomeraciones de aquellos días de principio de verano. Para no defraudar a tantos bañistas se habilitó una estrecha zona de baño, con bandera amarilla
Los que sí tuvieron buendía fueron los surfistas, con la afamada ola de izquierdas (lo único de izquierdas apreciado por estos pagos jajaja)
Pero llegó un momento en que había demasiada gente. Así que, siendo el día de Asturias, decidimos escapar a Oviedo por eso de que es la capital y de que uno de nuestros hijos nos invitó a comer. Luego paseo, helados y café en el parque de San Francisco.
¡Qué tarde más apacible!
Al final de la tarde, ya en Villaviciosa, pudimos asomarnos a los chiringuitos de artesanía del Pelambre
También escuchamos a la banda eslovaca Sponjene Huky, que inició el Festival Internacional de la Gaita
para acabar tomando una sidra con calamares en la terraza del Congreso. Todo ello para cargar las pilas de cara a las fiestas del Portal que se inician este fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario