domingo, 30 de octubre de 2011

Una de lobos

Aviso: ésto no es de mi cosecha ni pretende ninguna promoción del lobo, al que por cierto siempre he tenido gran aversión -a la vez que admiración- sin duda heredada de las malas relaciones de mis ancestros pastoriles con esta especie, puntualmente transmitidas de generación en generación en toda la zona de los Picos de Europa. Merecen la pena algunas reflexiones de este montaje, qué son 5 minutejos ... 



Al que no le guste el vídeo siempre puede volver a esta imagen idílica. ¡Quién sabe! Quizás en un mundo más amable, sin hambre ...


http://youtu.be/74kZIOlvwKc

domingo, 23 de octubre de 2011

Del mar a la montaña: de Torimbia al Urriellu

No hay mejor estímulo para patear y mostrar nuestros bellos paisajes que tener visitas de familiares y amigos ávidos de conocerlos. Y eso hicimos el sábado 22 de octubre, en un día soleado que invitaba a disfrutar de una excursión a juego con el título de este blog: entre el mar y la montaña 


Primera parada en Llanes, entrando por Niembro al mirador sobre la playa de Torimbia. Una vista de la costa que quita el hipo, a pesar de los restos calcinados de un incendio reciente que pronto reverdecerán.
Segunda parada en el mirador del Urriellu, en Poo de Cabrales. Sería la referencia principal de la excursión.

Este museo del hórreo se podía ver en Poo en el maletero de un coche aparcado en el mirador


Desde Arenas de Cabrales a Poncebos. Allí dejamos un coche y con otro subimos por Sotres a Pandébano.







En lo alto del collado de Pandébano haríamos la parada del avituallamiento. Abajo un trío feliz con el Urriellu a la espalda.

A continuación tomaríamos la senda que desciende hasta Bulnes, llevando un buen trecho del recorrido la silueta del Naranjo a nuestra izquierda.





De trecho en trecho, vacas, alguna oveja, yeguas y el arroyo que discurre paralelo y a veces cruza la senda.
Y muchos avellanos





Parada en Bulnes para reponer fuerzas. Faltaba descender por la canal del Texu hasta Poncebos. ¿O no?




Pues fue que no. La opción funicular se impuso. Había bebé a bordo y aún queríamos hacer más cosas esa tarde. En 8 minutos estaríamos abajo, mientras que a pie hubiese sido más de una hora "pindia y resbalosa".
Una de las cosas, que se quedó en foto testimonial, era pasar por la bolera de Benia. Había concurso de bolos con motivo del Certamen del quesu de Gamoneu. Pero no llegué a participar (imperativos familiares).
La última parada, en Arriondas, fue de visita familiar. Pero también hubo ocasión de que la peque del grupo tomara contacto con la pared de escalada. Quizás en la siguiente visita al Naranjo de Bulnes le sea útil.  


lunes, 17 de octubre de 2011

Del monte castañes, del mar llámpares

El refrán dice "del mar el mero y de la tierra el cordero", pero aprovechando el buen tiempo y la visita de nuestra nueva familia hispano-alemana quisimos emular a nuestros ancestros recolectores haciendo prácticas de supervivencia, un día en el monte y otro en la mar, de ahí el título que me acabo de inventar.


Primera parada en Isongu, el saludo a la familia

  
El camino estaba lleno de elementos gastronómicos 
como los gochinos de Clara, que pronto tendrán su inevitable Samartín


También hay elementos religiosos, como Santumedero. Aunque en este caso es vecín antes que santu.

Los texos son otros elementos singulares que jalonan la ruta. María ante uno de los tres texos que plantó su abuelo. Éste, junto a la casa familiar, en El Valle.


Santumedero también tiene ahora su texu, aunque
le falta bastante para llegar a la edad de su vecino milenario de Abamia, a vista de pájaro miope

Otros dos elementos típicos: hórreo y maíz


Los manzanos exhibían sus frutos en pleno monte 
Aunque parezca otra cosa, las damas no contemplan las manzanas caídas del árbol ...


... si no una nueva versión de "Elisa debajo de un manzano". Que tenía quien le velara el sueño




Aún faltaba rematar la jornada. Íbamos a castañes
Y alguna cogimos, aunque aún les faltaba un puntín




Finalmente, un cafetín en casa fraterna cerró la
 excursión al monte. Había que volver a la costa



Y en la costa nos esperaba al día siguiente el pedreru de Luces. Armados cual mosqueteros nos aprestamos a la faena



Pesca ecológica. Sólo lo necesario para el aperitivo. Detrás, habría paella





Todos contentos, los mayores disfrutando de la actividad campestre - marítima y de la comida correspondiente y los más pequeños seguro que van tomando nota