miércoles, 5 de octubre de 2011

De Cueva Palacios a Lindes arreando vacas (2ª parte)

La bajada es muy simple, que no fácil, sobre todo si hay personal suficiente. Un guía delante, y el resto flanqueando y cerrando la retaguardia. Pero todos en disposición de correr más que los animales díscolos o despistados. Un buen ejercicio para fortalecer las piernas, con la previsión de agujetas para varios días.

















La mayor dificultad estuvo al principio, en el espacio abierto. Luego el camino va encajado junto al río y hasta parecían disciplinadas, a ratos en perfecta formación.










Detrás de nuestra reata se formó otra que parecía querer colarse. Había una explicación: alguna de sus crías se había mezclado con las nuestras. No pararon hasta que se las devolvimos, ya cerca de Lindes.



¿Pasto reservado? Más bien abandonoEl paisaje, casi tan precioso como arriba

El camino y unas vallas hacían las veces de mangada de manejo
Al final, objetivo conseguido: 81 animales cómodamente instalados para viajar a Villaviciosa. Les esperan los controles de invernada. Algunos volverán en primavera y otros cerrarán ciclo en el plato. El equipo ya respiraba satisfecho.




A falta de campanas, lo celebramos dando cuenta de las tortillas y demás intendencia. ¡Había fuerzas que reponer!



Una nube anunciaba que el traslado había sido quizás oportuno. 


Algo más abajo, en Santa Marina, se terminaba la jornada con el remate de la logística de locomoción. Cada lechuza a su olivo.

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