De estrellas y otra fauna

Ayer abrían la entrada del blog con una vista de la Ría como fondo, hoy lo hacen por sus movimientos elegantes y su donaire al pastar o al posar.



De nuevo con la ría al fondo. La madre, pastando. La hija, más curiosa, controlando al fotógrafo.

Aunque sea más desgarbado, este burrín que se exhibía sobre el borde de la carretera de Miravalles, tiene tanto derecho como las estrellas a salir en las imágenes. Parecía a punto de echarse a planear sobre la ría, quizás sus orejotas de Jumbo se lo permitieran ...

En este recorrido campestre no podían faltar las siempre presentes vacas roxas, que por el momento disponen de más pasto del que pueden comer (hay más herba que tená, como dice el dicho). Su tranquilidad se deduce de la imagen: de un grupo de cuatro, una pasta, otra sestea y rumia y las dos jovencitas observan curiosas al fotógrafo. 



Finalizando el paseo, la inquietante mirada de un minino atigrado acechaba entre la hierba. Un poco antes, una pareja blaquinegra había mostrado cierta curiosidad. Desaparecieron a través del seto cuando me acerqué más de la cuenta.

Y como despedida por hoy cerramos con otra imagen de mis amigas, en las inmediaciones del castro de Moriyón. Que por cierto, trataremos de traer al blog junto al resto de castros que abundan en la zona, si es que la maleza nos lo permite.