miércoles, 18 de mayo de 2011

Controlando el matorral

Las imágenes de hoy van de recuperación de montes improductivos. En la sierra de San Isidro, municipio de Illano, hace tiempo que se está desarrollando una experiencia piloto que demuestra cómo se puede generar actividad agroganadera sostenible sobre terrenos ácidos, sin apenas suelo, donde no crecen árboles, sólo cotolles y brezos. El SERIDA celebró ayer una jornada demostrativa en la que se pudieron ver y valorar las actuaciones necesarias , en vivo y en directo.  






Imagen del brezal que predomina en toda la zona



En donde no hay brezo es el tojo el que ocupa el suelo. Las experiencias demuestran que es posible implantar pastizales a bajo coste, con encalados y mínimo laboreo, siempre que se disponga a continuación de las herramientas adecuadas para impedir el rebrote del matorral.



Las herramientas son el vacuno ...









El ovino ...






Y el caprino, que es el más capaz a la hora de mantener a raya al matorral. Sin olvidar al caballar, que aunque compite con el vacuno por los mejores pastos en primavera, a partir del verano demuestra mayor capacidad para defenderse de la escasez de pasto, atacando, casi tan eficientemente como las cabras, al brezal-tojal. 
La conclusión es que los datos experimentales demuestran que la combinación de las diferentes especies hacen posible mantener una cubierta vegetal biodiversa y productiva, sin riesgo de incendios. La información técnica está transferida a las administraciones y al sector responsables de la gestión del territorio. La aplicación en cada situación es ya otro cantar. Un elemento controvertido que ha pasado a formar parte del paisaje en estas zonas es el generador de energía eólica. En esta sierra conviven armoniosamente con la actividad ganadera y generan una renta adicional nada desdeñable para la mejora de infraestructuras rurales. Al margen de polémicas ecologistas, es importante poner en valor todas las posibilidades del territorio para fijar población en él, desarrollando a la vez actividades que incidan positivamente en el mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje, pero generando además rentas para los habitantes de la zona.


Un elemento imprescindible en el manejo de sistemas ganaderos con pequeños rumiantes en estas zonas aisladas de la montaña asturiana es el mastín. Tanto para ayudar en el manejo del rebaño como para prevenir del peligro de lobos y otras alimañas. Tampoco viene mal disponer de otros elementos, como el cerdo en extensivo -ya sea astur celta o ibérico- que pueden contribuir ecológicamente a llenar la despensa y facilitar la invernada de los pastores.







Y aunque no suelen tener buena prensa, otros elementos indispensables en estos ecosistemas son los buitres, que en esta zona han sido objeto de un proyecto de recuperación que parece haber tenido éxito. Su presencia debiera ser garantía de actividad ganadera o de abundante fauna cinegética. 


Sin embargo, les pasa como a los rebaños de ovino y caprino que pudimos ver en la jornada de Illano. Son medio funcionarios porque su supervivencia está un tanto tutelada por la Administración.

2 comentarios:

  1. ¡Cuanto mejor es esto que los incendios, provocados, de enero, febrero y marzo que asolan la vertiente cantábrica!

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  2. Tienes razón, Luis. Tradicionalmente han sido los pastores y los habitantes de las zonas de montaña los mejores cuidadores de los montes. Por la sencilla razón de que su modo de vida dependía de que estuviesen plenamente operativos para vivir de ellos: pastos para el ganado, madera como fuente de ingresos, leña para el invierno, frutos, caza, ... Ahora hay que reinventarlo, pero adaptado a los nuevos tiempos.

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