Para quienes somos oriundos de la zona de los Picos de Europa, subir a los lagos de Covadonga con tiempo para disfrutar del paisaje supone además refrescar recuerdos entrañables que nos acompañan siempre y donde quiera que vayamos. Hoy me apetece compartir algunos de estos paisajes y recuerdos
Esta roca y la vista del lago Enol, que me pareció un océano, fueron las primeras imágenes que me impactaron en mi primera subida a los lagos, allá en la tierna y lejana infancia.
Aún ahora, todo aquí lo veo grande. Y no sólo las montañas ... Este es un acebo, arriba de cuerpo entero, abajo primer plano del tronco ...
Aquí, sus hojas típicas, por si alguien duda...
Foto de recuerdo en el lago Enol. Hubo una primera foto similar hace muuuuchos años. El lago cambió menos, pero no hay queja.
Aguantamos ...
Quizás sea más fácil aguantar teniendo a mano estos paisajes.
Quizás tuvo que ver una inocente acampada, 35 años atrás. Entre la niebla, las feroces vacas rodeaban la tienda, podía ser peligroso salir. Durante varios días siguió el dulce asedio ...
Todo tiene aquí su encanto, hasta los contrastes más simples. Las zonas de matorral, tojal y brezal, alternan y contrastan con las camperas de pasto, a lo que no son ajenas las vacas y demás fauna herbívora. Aunque de vez en cuando haya que ayudarlas con desbroces, sobre todo desde que el oficio de pastor cayó en desgracia y disminuyó drásticamente la carga ganadera.
Otro atractivo de estos parajes es sin duda el bosque. El de Pome constituye un paradisíaco refugio para perderse, aunque a veces sea sin querer, según cuentan ... Mis hijos tienen un bonito recuerdo de una excursión y alguien lo tuvo de protagonista de un cuento en el que también intervenía un erizo. Era la noche de San Juan ...
Porque, ... ¿Quién no se perdería a gusto en un hayedo como éste?
A mediados de los años 70, como un vigía ante lo que había sido su refugio y base de operaciones de pastor - cazador.
No es lo mismo, es sólo un homenaje. Pero seguro que le prestaría ver que sus hijos siguen recordando sus vivencias y honrando sus orígenes y su recuerdo amable, de hombre bueno.
Unos orígenes y unos recuerdos que dejan huella, si no forjan, el carácter y la personalidad de quienes tuvimos la suerte de nacer y crecer ligados a la pradería, a los lagos y a las montañas de Covadonga.
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